
Banco del Sur: El auge de la cooperación financiera latinoamericana
Articulo: Ana Clara Petrelli
Los procesos vividos por los países latinoamericanos en los últimos años han producido cambios en sus políticas exteriores. Hace no mucho tiempo atrás los países latinoamericanos debían recurrir a los países mas poderosos y a organizaciones internacionales que les proveían de créditos, condicionando sus políticas económicas.
Las posiciones coordinadas de política internacional, han generado nuevas alianzas y proyectos, entre los que se encuentra el Banco del Sur.
Debe tenerse en cuenta la experiencia generada por la Corporación Andina de Fomento, que proveyó de financiamiento para obras y estudios de interés común de los países de la UNASUR.
Con dicho antecedente de cooperación financiera, surge la iniciativa del Banco del Sur, a partir de la cual realizaré un trabajo que pretende brindar información sobre su estado de desarrollo y su impacto estratégico en las políticas internacionales de los países latinoamericanos.
Origen del Banco del Sur
El Banco del Sur comienza con una propuesta argentina al ex presidente de Brasil, Lula Da Silva en el año 2002. Para la presentación e inicio de esta idea se convocó a los ministros de economía y a los presidentes de los bancos centrales tanto de Argentina como de Brasil. Un año más tarde, se presentó el proyecto ante otros países latinoamericanos en la cumbre de Asunción.
Un antecedente que contribuyó al origen del Banco del Sur se remonta a los Bonos del Sur, emitidos conjuntamente por Argentina y Venezuela. Estos Bonos dieron cuenta de la posibilidad de financiamiento con capital latinoamericano sin tener que someterse a condiciones impuestas por organismos internacionales. Con esta idea, se abrieron las negociaciones para la creación de una entidad financiera que invirtiera en el desarrollo de los países latinoamericanos.
Tras largas negociaciones, en diciembre del 2007 se anunció la creación del Banco del Sur.
Sin embargo fue en el año 2009, cuando se firmó el Convenio Constitutivo del Banco, donde se especificó la estructura de la organización, la localización de su sede y el aporte de los países miembros a la institución.
En dicho convenio se acordó la denominación de la institución, su sede en Caracas (Venezuela), los órganos de gobierno del Banco (compuesto por el Consejo de Ministros, el Consejo de Administración y el Directorio Ejecutivo), entre otros. También se estableció el aporte de cada país al mismo, “…Los países miembros se comprometieron a integrar 7000 millones de dólares de capital. Argentina, Brasil y Venezuela prometieron poner 2000 millones cada uno. Ecuador y Uruguay, 400 millones cada uno y Bolivia y Paraguay, 100 millones cada uno…”[1]
Es propicio destacar la conformación de los órganos de gobierno del Banco. El Consejo de Ministros se compone por los Ministros de Economía de cada país, y se caracteriza por establecer las políticas de mediano y largo plazo, así como aceptar a nuevos accionistas, entre otras funciones. El Consejo de Administración “…estará integrado por un representante de cada País Miembro nombrado por el Consejo de Ministros a propuesta de cada País Miembro. Un integrante del Consejo de Ministros o del Consejo de Auditoría o del Directorio Ejecutivo, no podrá desempeñarse simultáneamente como miembro del Consejo de Administración...”[2]. Una de sus funciones será controlar la gestión del banco, aprobar las condiciones de riesgo crediticio, entre otras.
En cuanto al Directorio Ejecutivo, está compuesto por un director representante de cada país miembro (elegido por el Consejo de Ministros) y un director seleccionado por los accionistas adherentes. Entre sus funciones se destaca; ser el representante legal de la institución, “…Conducir los negocios ordinarios de la institución y ser el jefe de su personal…”[3], entre otras.
Influenciado por el contexto internacional, el Banco todavía no ha sido situado en su sede central, retrasando el funcionamiento del mismo.
Esto fue posible gracias al auge de la cooperación entre los países latinoamericanos que se generó a partir de las coincidencias de los mandatarios latinoamericanos en sus enfoques de las relaciones exteriores y la necesidad de fortalecer sus lazos, en vez de vincularse directamente con otras potencias. No obstante el apoyo político de la iniciativa, al momento de las definiciones puntuales de implementación del banco proyectado, se han generado demoras persistentes.
El Banco del Sur es un fondo financiero regional, cuyo objetivo reside en facilitar el financiamiento entre los países de UNASUR, generando un mayor desarrollo de los países. Cabe destacar que este instrumento busca eliminar las relaciones de dependencia.
Por ello se ha manifestado el gran avance que representa el Banco en relación al desarrollo económico y social. Este instrumento de financiación es de suma importancia para la eliminación de las dependencias generadas por otros países y organismos internacionales a causa del endeudamiento externo y de las condiciones que imponen.
Sus integrantes son Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela[4]. Si bien Chile no es parte de la institución, ha manifestado su interés en participar. Cabe destacar que si bien esta iniciativa surge en el ámbito de la UNASUR, no hay una correspondencia exacta entre sus miembros y los integrantes del Banco.
El objetivo de la entidad tratada es “…financiar el desarrollo económico, social y ambiental de los “Países Miembros”, en forma equilibrada y estable haciendo uso del ahorro intra y extra regional; fortalecer la integración; reducir las asimetrías y promover la equitativa distribución de las inversiones entre los Países Miembros. 2.2 El Banco prestará asistencia crediticia únicamente en los Países Miembros para la ejecución de proyectos en el ámbito territorial de UNASUR…”[5]
Al esbozar estos objetivos en el Convenio Constitutivo del Banco del Sur, se destaca su búsqueda por el desarrollo económico con inclusión social.
El alcance del banco se ve reflejado en las pautas y reglas que propone, distintas a las que predominan en la economía mundial y en organismos de financiamiento mundial internacional. Además, la creación de esta institución, influye en un cambio de reglas y pautas para la financiación de los países.
Esto repercutirá positivamente en el desarrollo de los países, en sus proyectos de infraestructura y en el aspecto económico-social, entre otros.
“…el banco nace con una doble misión; por un lado, crear una institución financiera con capitales propios disponibles para los países miembros destinados en gran parte a obras de infraestructura y desarrollo pero también para evitar efectos desestabilizadores en las balanzas de pago.
Por otro lado, este organismo supone la existencia de reglas de juego muy diferentes de las que prevalecen hoy en día en el mercado internacional de capitales y especialmente en los organismos multilaterales de crédito dominados por las principales potencias mundiales…”[6]
Efectos Estratégicos
El desarrollo del Banco traerá aparejado una mayor autonomía y soberanía por parte de los países que lo integran. Las innovaciones del banco influirán en la reducción de las asimetrías entre los países suramericanos.
Esto implicará una mayor integración entre los miembros de UNASUR. De esta forma, se ve necesaria una mayor voluntad política para que la entidad pueda desarrollarse y cumplir con los objetivos propuestos.
Internacionalmente, se instalarán nuevas modalidades de desarrollo e inversión financiera. Además, se evitará que ciertos países puedan imponer duras condiciones para los países sudamericanos y se evitará la dependencia del sistema financiero internacional y de organizaciones internacionales como Banco Mundial, FMI y BID.
Es propicio destacar que el banco debe enfrentar ciertos desafíos para que pueda cumplir sus metas. Entre ellos se destaca; evitar la demora de la actividad del banco por mínimas diferencias entre los países, agilizar la organización y activar los mecanismos pertinentes para el establecimiento de la sede del Banco.
Al momento de estar funcionando el Banco se espera un mejoramiento de las tasas de crecimiento y del nivel de calidad de vida de la población. Además, se busca el fortalecimiento de los mercados internos junto con la reducción de la centralización del ingreso y una mejoría en materia de justicia social.
A modo de ejemplo, un crédito del Banco del Sur para el desarrollo en materia de infraestructura (puentes, rutas, gasoductos, oleoductos, puertos, etc.), que ayude a la conectividad e integración entre los mismos.
Conclusiones
Finalmente, expuesta la historia, el origen, los objetivos, los alcances, implicancias y desafíos del Banco del Sur; se permite destacar la importancia internacional de su creación.
Pero aún queda pendiente el desafío de activar el funcionamiento del Banco, que deberá ser resuelto por los países miembros. Tal implementación, implica la necesidad de mayores diálogos, negociaciones y acuerdos entre los países, pues teniendo el acuerdo político básico de su existencia, no se han logrado los acuerdos políticos desagregados para la implementación, como: la distribución de sus inversiones y beneficios, la selección de los proyectos de inversión y las pautas de repago, entre otros.
De esta forma, los países podrán avanzar en materia de autonomía y soberanía, evitando dependencias externas. La consolidación de los mercados internos de cada país, también será un gran beneficio junto al incremento de la igualdad social.
Además, en el plano internacional el establecimiento del Banco implicará cambios en las modalidades de los préstamos y en los términos de sus devoluciones.
Es propicio tener en consideración, que la dependencia del financiamiento externo no se podrá evitar sin el pleno funcionamiento del Banco del Sur.
Fuentes Citadas
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Observatorio UNASUR
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Universidad de Buenos Aires – Facultad de Ciencias Económicas
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Ministerio de Economía y Finanzas Públicas
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Noticias 24
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Página 12
[1] Página 12 (31/7/2015)
[2] Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (31/7/2015)
[3] Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (31/7/2015)
[4]Universidad de Buenos Aires – Facultad de Ciencias Económicas (20/7/2015)
[5] Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (20/7/2015)
[6] Universidad de Buenos Aires – Facultad de Ciencias Económicas
(20/7/2015)